¿JEFE DE ESTADO O ACTIVISTA?

AVANCE EN INICIATIVAS DE VIVIENDA

SEÑOR DIRECTOR:

En carta del sábado, la presidenta de Amnistía Internacional Chile defiende las palabras del Presidente Boric sobre la delicada situación de Perú.

Al respecto, es cierto que el principio de no intervención admite excepciones cuando se trata de llamar la atención de un Estado que parece incumplir sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. No obstante, la situación en Perú parece ir más allá de la protesta pacífica y el uso desproporcionado de la fuerza. En efecto, legítimas demandas por nuevas elecciones y políticas antidiscriminación se han visto reemplazadas por manifestaciones violentas que buscan reivindicar un fallido golpe de Estado, imponer agendas ideológicas o desestabilizar al gobierno constitucionalmente conformado.

La Asamblea General de Naciones Unidas ha sido clara en establecer que los Estados deben abstenerse de instigar o tolerar actividades subversivas encaminadas a cambiar por la violencia el régimen de otro Estado. Así, el llamado a un “cambio de rumbo” parece más una intromisión indebida que una defensa de los derechos de las personas.

El Presidente Boric optó por tomar una postura en favor de una causa que pareciera particularmente digna en razón de su visión política. Ha decidido actuar como un activista y olvidó que hablaba como jefe de Estado.

Ignacio Abarca

Abogado